LEER ES RESPIRAR, ES DEVENIR
Olafur Eliasson
Me gustaría abordar el tema de las sensaciones en relación con la experiencia en general, y con la experiencia del arte en particular. Cada vez más, las sensaciones están mercantilizadas y se han convertido en objetos gracias al negocio del entretenimiento. Las sensaciones y las experiencias se venden junto a objetos más tangibles en los centros comerciales, así como en los numerosos museos, pues estos han sucumbido a parámetros y tendencias comerciales en lugar de centrarse en el potencial del arte de los sistemas mediante los cuales se comunica. Al mismo tiempo, a menudo se nos presentan las sensaciones como actividades introvertidas y exclusivas que se producen cuando la gente “se relaciona con” sus entornos. Por otro lado, creo que las sensaciones tienen una dimensión productiva y extrovertida, lo que significa que son mucho más comunicables de lo que generalmente se piensa. Las sensaciones son integradoras porque se abren a otra gente y a nuestros entornos; hasta cierto punto los entornos se producen, pues, cuando los sentimos, creando un intercambio entre el individuo y el entorno que hace que ambos sean correlativos. El contexto específico está vinculado a nuestras sensaciones, y cuando las sensaciones cambian, también lo hace el contexto. De este modo, el tiempo se vuelve crucial y fragua una relación indisoluble entre la sensación y la temporalidad. Las sensaciones son acciones.