Asalto
DÉCIMO ASALTO.
FENÓMENO O NECESIDAD.
ARTE URBANO
Si alguien te preguntara ¿sabes cómo ha sido el décimo Asalto? Tú, ¿qué responderías?
Asalto es el nombre del festival internacional de arte urbano que se convoca y celebra en la ciudad de Zaragoza desde el año 2005.
Sergio Beltrán, Luis García, Alfredo Martínez e Isabel Tris son los culpables junto con un estupendo equipo auxiliar formado por Elena Chueca, Rocío Domínguez, Roberto Ferrero, Paula García, Iván Martín y Victoria Ríos. Aunque ha habido otras personas que han colaborado para ésta y otras ocasiones.
La información sobre este festival ha venido a través de las fuentes directas que lo han gestionado.
Cuando les preguntamos, ellos nos lo contaron así:
Yanaiara: ¿Cómo surge el Festival Asalto?
Luis:
Se podría decir que Festival Asalto es un “spin off” de un gran festival de arte contemporáneo que se retomó en Zaragoza en el año 2004 llamado En la Frontera en el que parte de la actual organización realizamos un mural colectivo con artistas que por entonces trabajaban el “stencil”.
Tras esta iniciativa, el propio departamento de cultura de la ciudad de Zaragoza nos “retó” a crear algo un poco más ambicioso para las siguientes ediciones. Tres años después, en el Tercer Asalto, nuestro proyecto ya era suficientemente consistente como para tener una entidad de festival propia.
Yanaiara: ¿De dónde viene su nombre?
Luis:
Surgió, un poco, de casualidad. Sabíamos que queríamos realizar un festival con numerosas ediciones (¿y quién no?), y que cada una fuera diferente. También sabíamos que, sobre todo al principio, íbamos a tener ciertas complicaciones ya que nuestra intención era “asaltar” la ciudad… Así que optamos por este doble juego un tanto pugilístico. Cada año… un nuevo Asalto. ¡Y así, hasta el K.O!
Yanaiara: ¿Cómo ha ido evolucionando el festival con los años?
Luis:
El festival crece y evoluciona año tras año. Cada Asalto tiene algo nuevo o diferente respecto al anterior. Cuando apostamos por alguna fórmula diferente y vemos que funciona, siempre la intentamos replicar con alguna variación en las siguientes ediciones. Y claro ¡son muchas cosas las que funcionan! así que cada año ofrecemos más contenido, si puede ser, gratuito y participativo.
Festival Asalto es un proyecto de ciudad, y por eso son los ciudadanos quienes tienen que disfrutarlo.
Con estas respuestas nos queda claro su origen y sus intenciones, pero será a través de su página web como conoceremos sus actuaciones. Así comienza la página del enlace que Asalto nos ofrece públicamente en la red (http://www.festivalasalto.com/artistas-en-calle/) y que podemos reconocer visiblemente en las calles a través de las variadas intervenciones:
“El sello del Festival Asalto es la intervención directa sobre la ciudad, sobre sus paredes y plazas.
Algunas de ellas (efímeras) generan un vínculo único con el espectador que ha tenido la suerte de interactuar con una obra fugaz en el espacio público. Otras (la mayoría) permanentes –hasta que las inclemencias del tiempo o la propia ciudad decidan lo contrario– componen un museo al aire libre único en España con más de 70 murales creados por algunos de los mejores artistas urbanos de nuestra década”.
Cada año necesitan sorprenderse y sorprendernos y esta vez había nuevos planteamientos que dinamizaron más el concepto de Asalto en la ciudad.
La programación de este año 2015 proponía:
Intervenciones artísticas en la calle, en las paradas del tranvía de Zaragoza, en las paredes del Centro de Historias de Zaragoza hasta el 15 de Noviembre y en la galería Antonia Puyó de Zaragoza hasta el 7 de Noviembre, programación musical, visitas guiadas tanto para niños como para público adulto y Asalto Fair. Y por supuesto, los Headquarters, ubicado este año en la calle San Pablo 61-63.
Asalto lleva ya dos años empleando dos semanas y se ha comprobado que de este modo, ofreciendo más tiempo, todo se va desarrollando más holgadamente, sobre todo respecto al asunto de los permisos y si además surge algún imprevisto puede solucionarse con más normalidad. Aunque tiene que quedar claro que existe el Asalto legal, el de los permisos, y el ilegal…sólo para los nocturnos.
Los Headquarters era el núcleo neurálgico de creación, cuartel general del Asalto, donde como espacio de reunión y encuentro podías conocer a los artistas y disfrutar de las diferentes actividades a desarrollar tomándote una cerveza y escuchando música en directo o sesiones de DJ locales. La novedad de este año era que había una “cantina”.
Se realizaron talleres y cabía destacar, en este año, la colaboración de Fuji instax en un taller fotográfico, disciplina que se echaba de menos en el compromiso con este evento. En este espacio se podía disfrutar de la proyección de documentales, conferencias, debates, etc.
Mismos lenguajes y diferentes soportes, esto es el Asalto Fair. Este año acogería la segunda edición con una mayor y renovada oferta de galerías especializadas en arte urbano y colectivos de artistas. Durante el último fin de semana del Asalto volveríamos a tener a nuestro alcance obra impresa original y objetos relacionados creados por relevantes artistas urbanos nacionales e internacionales. Con esta muestra permitimos que los artistas puedan vivir de su trabajo.
Las visitas guiadas tienen dos rutas desde los Headquarters y desde el Centro de Historias. Ambas prosiguen mientras dure la exposición del Centro de Historias.
Una novedad con peso significativo son los 25 artistas que intervienen en el Centro de Historias sin ánimo de lucro. Se plantea “musealizar” el concepto, pintar sobre los muros del propio museo y que el 15 de Noviembre desaparezcan. Las visitas durante la primera semana tenían que ser guiadas porque las salas estuvieron cerradas al público. Durante esa semana se desarrollaba el período creativo de los artistas y era interesante poder vivir el proceso. Esta parte era ciertamente la privilegiada…
En la galería Antonia Puyó se disfrutó de la obra del artista urbano E1000 en Tras la superfície.
La novedad y apuesta pública más potente de este año sería las paradas del tranvía. Algunos de los artistas participantes en el Centro de Historias y otros artistas del festival actuarían en todas las paradas del recorrido del tranvía.
En los barrios del Arrabal y San José se volvió a actuar, tanto en sus calles como en sus plazas, con artistas excepcionales e implicados en su entorno socio-cultural. Aisladamente encontramos otras actuaciones importantes por tamaño e interés las cuales se localizan en los alrededores del barrio de San Pablo, Casco Histórico, Plaza del Pilar o Barrio Jesús.
Antes de acabar creemos que necesitamos aclarar conceptos o por lo menos intentarlo. Este lenguaje vivo contiene palabras y mensajes que llevan una vida de anécdotas e historias guardadas en el trazo y puesta a punto de cada artista urbano. ¿Qué consideramos por puesta a punto del artista? La puesta en escena. Es ese momento que precede al desarrollo de un proyecto donde todo está por empezar y el reto se presenta como una superficie vacía. Muchos de ellos han partido del stencil (plantillas), de los graffitis (signos anónimos pertenecientes a la cultura del Hip Hop), de los tags y se han encontrado en el arte urbano con intervenciones de gran tamaño y otra dimensión artística. Su extenso vocabulario emplea palabras en lengua inglesa y su glosario sigue creciendo (http://www.graffiti.org/faq/graffiti_glossary_es.html).
El Arte urbano quiere llegar más allá. Artistas de distintas disciplinas expresan a través de pinturas plásticas sus discursos, y sus modus operandi quedan visibles en sus composiciones. Cada artista se define, y transmite su seña según las implicaciones urbanas y sociales que defiende.
Los orígenes del graffiti aparecen en 1960, con Cornbread, de Filadelfia, junto con su socio «The Gasek». Éste ayudó a definir el papel del grafiti (bombing=salir a pintar o bombardear con tinta) y el getting up (originariamente era pintar trenes, después fue poner tu tag muchas veces) que en parte tenía que ver con la fama. Cornbread comenzó a grafitear con firmas (tags) para llamar la atención de una chica que le gustó. Pronto se convirtió para él en una misión a tiempo completo; incluso se le otorgó una corona, que colocó en su tag. Las proezas de Cornbread pronto quedaron registradas en la prensa negra.
El tag, es la firma, etiqueta, apodo o alias, es una forma de exponer tu nombre a través de signos e incluso con un icono identificativo. Los graffitis parten de Brooklyn, Detroit, Filadelfia y originariamente de Nueva York con la figura de Taki 183. Su «etiqueta» era la abreviatura de Demetaki, una alternativa coloquial griega por su nombre de nacimiento Demetrio, y el número 183 salió de su domicilio en la calle 183 en Washington Heights. Trabajó como mensajero a pie en la ciudad de Nueva York y escribiría su apodo por las calles de la ciudad de Nueva York que él frecuentaba durante finales de 1960 y principios de 1970. Su deseo era conocer gente y que se comunicaran con él.
En la primera generación de Nueva York, los grafiteros asignaban un número al nombre que habían escogido. La mayor parte de los números reflejó la numeración de la calle en la que los autores vivían. Hoy en día continúa esta herencia.
Desde aquí recomendamos ver el documental dirigido por Jon Reiss, Bomb It. Éste es el primer film que trata de actualizar la historia del Graffiti con una perspectiva realmente global.
Zaragoza es la ciudad europea con más arte en la calle por metro cuadrado. A nivel nacional Asalto se ha convertido en un modelo e internacionalmente su repercusión es tal que muchos artistas quieren venir aunque no estén subvencionados. Esta ciudad permite estas actuaciones por la legitimación de dichas intervenciones a través de los permisos, es increíble descubrir que en Madrid no existen permisos para ello. Ahora la mayor dificultad se encuentra en el barrio de Delicias, cuna del graffiti, que no ofrece permisos.
Victoria Ríos, miembro del equipo auxiliar-guía de visitas, comenta como dijo Kafka…”Hay un punto de no retorno”. Cada año se han reinventado en cada Asalto y la criatura que han generado va creciendo e internacionalmente se ha convertido en un referente de lo que está pasando ahora, de la actualidad. Cada año supondrá un reto.
Arte urbano y sus manifestaciones están en continuo proceso y no se pueden crear ni códigos deontológicos ni manifiestos. De aquí surge la nueva polémica: ¿conservar o dejar hacer al tiempo? Nuestro discurso es dejar hacer, dejar pasar, dejar libertad y no pretender conservar lo que posee un espíritu efímero.
Gracias a Luis García por su información y pronta respuesta en pleno comienzo de Asalto. Gracias a Vicky Ríos por su tiempo, visitas guiadas y su generosidad. Gracias a todo el equipo en general por su atención y gracias a Jose Antoñanzas por su buen ojo y esas fotos prestadas.